En los últimos años, principalmente tras la pandemia de COVID 19, los problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión han aumentado considerablemente según la OMS. Sin lugar a dudas, dichos problemas impactan de forma directa en las organizaciones.
Esto ha conducido a que las organizaciones comiencen a tomar medidas para prevenir problemas de salud mental en sus integrantes, pero surgen algunas preguntas clave, tales como: ¿Cuáles son las estrategias más efectivas? ¿Qué aspectos son esenciales para tener en cuenta? ¿Qué están haciendo las organizaciones líderes? ¿Qué intervenciones realmente funcionan?
En el Día Mundial de la Salud Mental, Synergos estará llevando a cabo un webinar para explorar estas preguntas y conocer las mejores prácticas que están dando resultados satisfactorios en la gestión de la salud mental en el entorno laboral.
Importancia de la salud mental en el trabajo
El bienestar mental de los empleados tiene un impacto directo en su rendimiento, motivación y compromiso. Según estudios recientes, los problemas mencionados anteriormente, tales como el estrés, la ansiedad y la depresión son algunas de las principales causas de ausentismo y baja productividad en las organizaciones. Además, las enfermedades mentales no solo afectan a la persona en cuestión, sino que pueden generar un ambiente laboral negativo, disminuyendo la moral y afectando a la cohesión del equipo.
Reconocer la importancia de la salud mental implica un cambio de enfoque. Las organizaciones deben pasar de ver estos problemas como asuntos individuales a comprender que son problemas organizacionales que requieren intervención a nivel estructural. A medida que los empleados enfrentan desafíos como la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida personal, cargas de trabajo excesivas o inseguridad laboral, el impacto en su salud mental puede ser muy negativo, lo que a su vez afecta a toda la organización.
El impacto de un buen abordaje en la productividad
Las empresas que se preocupan por la salud mental de sus empleados no solo generan un entorno más saludable, sino que también observan mejoras en la productividad, la creatividad y la retención de talento. Un empleado que se siente valorado y apoyado en sus necesidades mentales y emocionales es más propenso a estar comprometido con la organización y a rendir al máximo de sus capacidades.
Diversos estudios han demostrado que el retorno de inversión en programas de bienestar mental es significativo. Además, un enfoque proactivo hacia la salud mental ayuda a reducir las tensiones dentro de los equipos, mejora la comunicación y fomenta una cultura de trabajo más colaborativa y eficiente. Al tener empleados que se sienten bien consigo mismos y con su entorno, las empresas se posicionan mejor para enfrentar los desafíos del mercado, con un equipo más resiliente y preparado.